Metas de la FAO para 2030: acabar con el hambre y la pobreza rural.

7/06/2017
  • Hambre

Erradicar el hambre y la pobreza rural son dos de las metas claves de la organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), en línea con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) propuestos a nivel internacional para 2030.
Según la FAO, en el mundo se producen suficientes alimentos para dar de comer a toda la población, pero uno de cada nueve habitantes del planeta todavía pasa hambre, con 800 millones de personas que padecen hambre crónica. Esta situación se explica por el desperdicio de al menos un tercio del total de alimentos que se producen en el mundo, pero también por la falta de acceso a alimentos de las poblaciones pobres, y la escasa disponibilidad en situaciones de crisis climática, política o económica.
La FAO advierte de que el 80 % de las personas extremadamente pobres (que viven con menos de 1,25 dólares al día) vive en áreas rurales, por lo que un primer paso es dotar a estas comunidades de mayores capacidades para abandonar la pobreza. Una de estas estrategias es diversificar la economía en las áreas rurales, de forma que esté ligada no sólo a la producción agrícola y ganadera, sino también a otros ámbitos que puedan generar valor agregado, como el turismo rural.
La FAO hace énfasis además en la construcción de políticas públicas específicas para estos sectores, dado que las personas en extrema pobreza necesitan una protección social que les ampare y les permita enfrentar los cambios rápidos ambientales, económicos o políticos. Uno de estos sistemas de protección son las transferencias monetarias condicionadas, que permiten que los pequeños productores agrícolas, al tener un horizonte de mayor estabilidad económica en sus ingresos, puedan arriesgarse con otros proyectos productivos y obtener resultados positivos. Otras estrategias son la diversificación de cultivos o los seguros climáticos, que ayudan a los pequeños agricultores a resistir los efectos del cambio climático, cada vez más frecuentes e intensos.
El cambio climático es uno de los principales desafíos de la FAO de cara a 2030, junto con la “doble carga de malnutrición”, un fenómeno que consiste en que, mientras parte de la población no tiene garantizado el acceso a los requerimientos mínimos de alimentación para una vida sana, otra parte de la población está afectada por sobrepeso y obesidad.
La educación alimentaria es primordial para enfrentar los problemas de nutrición, de ahí los programas que varios estados latinoamericanos poseen para comprar a los productores de la agricultura familiar alimentos sanos con los que elaborar la comida en las escuelas. Según la FAO, el 80 % de la producción agrícola en América Latina corresponde a la agricultura familiar, que genera el 50 % de los empleos rurales.

Fuente: EFEAGRO

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